Archives

Statistics

  • Posts 526
  • Pages 4
  • Categories 45
  • Comments 134
  • Words in Posts 665,397
  • Words in Pages 12,901
  • Words in Comments 12,619

Newsletter (in English)





Tres caminos posibles

Other Languages:

| Categorias: Cuba, Statements
2010-11-22


El último congreso del PCC fue en 1997. El sexto congreso fue previsto inicialmente para 2008, se ha aplazado indefinidamente. Conociendo como opera la maquinaria estalinista de los partidos comunistas, este es un signo seguro de grietas dentro de la burocracia, que la dirección está trabajando para repararlas antes de que puedan aparecer en un congreso.

Creemos que hay tres posibilidades fundamentales para el desarrollo de Cuba en los próximos años:

    1. Un colapso total, posición que apoya el imperialismo de EE.UU. A pesar de que Obama hizo una campaña presidencial con la promesa de abrir un diálogo con el gobierno cubano, se ha vuelto a la antigua posición de EE.UU. de apoyo incondicional a la burguesía cubana en el exilio. Sin embargo, hay que señalar que la estrategia tradicional de Washington ya no es incuestionable dentro de la clase dominante de EE.UU. Un número de legisladores de EE.UU. están a favor de los acuerdos con el gobierno de Castro. Detrás de ellos están los capitalistas que quieren tener acceso a los mercados de Cuba inmediatamente, sin dogmáticamente tener que esperar por una agitación política en la isla. (La Cámara de Comercio de EE.UU. estima que la economía de EE.UU. está perdiendo $ 1.2 billones al año a causa del bloqueo). Las clases burguesas de América Latina en general se oponen a una toma de posesión violenta por parte de EE.UU. de la isla porque aumentaría la influencia de EE.UU. en todo el continente y ellos también pueden ser afectados. Por esta razón, la mayoría de los gobiernos de América Latina están prestando apoyo político (incluyendo a Cuba a través de acuerdos internacionales) y la ayuda económica (a través de acuerdos comerciales, como recientemente entre Cuba y Brasil) para el gobierno cubano. Sin embargo, es posible que la pequeña burguesía en Cuba pudiera ser ganada a la perspectiva de barrer el régimen actual – esto es, precisamente, donde las campañas de propaganda de los servicios secretos de EE.UU. se dirigen al interior y afuera de Cuba.

    2. Una reintroducción controlada del capitalismo, como ocurrió en China o Vietnam. En estos países, las banderas rojas y el sistema de un solo partido se mantuvo intacta, pero una parte de la burocracia gobernante se transformó en capitalistas y otra sección en funcionarios corruptos de un estado burgués. Una gran parte de la burocracia cubana apoya esta perspectiva – los oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias pueden ser considerados como la principal base social de este tipo de restauración capitalista. La nueva pequeña burguesía cubana también puede servir de base para esta variante. Sin embargo, la proximidad del imperialismo de EE.UU. haría que fuera un proceso muy difícil de controlar. Por ello, sólo ha habido tímidos pasos en esta dirección por la dirección cubana hasta ahora. Paradójicamente, la intransigencia diplomática de los EE.UU. probablemente ha obstaculizado las reformas pro-capitalistas de la burocracia cubana. Sin embargo, los ejemplos actuales de China y Vietnam muestran que esta forma de restauración es muy posible. La continua hostilidad del imperialismo de EE.UU. ha llevado a la burocracia a buscar acuerdos con las clases capitalistas de América Latina (cuyos recursos son extremadamente limitados, a pesar de años de crecimiento económico) o, preferentemente, con las potencias imperialistas europeas. Pero incluso sin este acuerdo, los pasos concretos hacia la restauración están en marcha con las “reformas” impulsadas por la burocracia, y todos sabemos que las relaciones de producción capitalista se reproducen casi “automáticamente”, cuando se facilita su aparataje legal y económico hasta llegar a un punto de inflexión.

    3. Una revolución política de los trabajadores, que fue defendida por Trotsky en relación a la Unión Soviética y que se veía en forma incipiente en Hungría en 1956. La clase obrera cubana no ha jugado un papel político independiente desde la revolución, ya que carecen de un marco para expresarse. Eso hace que esta tercera posibilidad, se complique. Sin embargo, si el estándar de vida de los trabajadores está bajo ataque y la amenaza de la colonización EE.UU. les hace reconocer el peligro de convertirse en otro Haití (o por lo menos otra República Dominicana), no puede excluirse que no van a luchar para defender las conquistas de la revolución, hacerse cargo de las empresas, y organizar la formación de consejos de trabajadores y establecer un control sobre las instituciones económicas, subordinando el plan a la democracia de masas de la clase obrera. Mientras que una parte de la burocracia sin duda podría ser ganada para esta lucha, todas las experiencias de crisis revolucionaria en los estados estalinistas demuestran que es inútil esperar que la burocracia inicie este proceso de autotransformarse en un gobierno revolucionario, ya que les amenaza sus privilegios de casta. Una revolución en Cuba significaría, por segunda vez desde 1959, la expropiación del capital extranjero en la isla – Sin embargo, dado que no existe una clase capitalista endógena en Cuba, este proceso sería principalmente una transformación política y no una revolución social, ya que la tarea de expropiar a la burguesía local se completó en 1961. Para que esta posibilidad se haga realidad, se necesita urgentemente un partido revolucionario de los trabajadores sobre la base de un programa marxista – y que en este momento, debe ser construido ilegalmente. Este partido marxista tendría que tratar de intervenir en el Partido Comunista de Cuba. Sin embargo, con la reciente expulsión de Esteban Morales de la PCC pone de manifiesto, que una intervención para un programa revolucionario también tendría que llevarse a cabo de una manera semiclandestina.

Un programa para llevar a cabo una revolución de los trabajadores tendría que ser elaborado por los marxistas en la isla sobre la base de un análisis concreto de la evolución de las circunstancias. Pero sin duda tendría que incluir los siguientes puntos:

  • Por la defensa de las conquistas de la revolución, contra el imperialismo y la burocracia.
  • Abajo la burocracia. Democracia sobre la base de los consejos de obreros y campesinos para dirigir el país.
  • Por la libertad de organización, incluida la libertad de todos los partidos políticos que apoyan y defienden a muerte las conquistas de la revolución.
  • Abajo los privilegios y la desigualdad social. No a los privilegios para los funcionarios. Por la expropiación de los “nuevos ricos”.
  • Por un partido obrero revolucionario basado en la tradición del partido bolchevique que llevó a cabo la Revolución de Octubre y la Cuarta Internacional que engendró en su lucha la vieja guardia bolchevique, para continuar la lucha revolucionaria por el socialismo.

Sobre la base de una revolución política, Cuba no sería sólo un ejemplo moral, sino una fuerza política en la lucha contra el capitalismo en América Latina. En cada levantamiento popular – y en la última década se han producido más de unos pocos. Un gobierno obrero revolucionario en Cuba podría mostrar el camino al socialismo y dar soporte a los movimientos revolucionarios de America Latina, sobre la base de un programa marxista. En lugar de apoyar a las guerrillas aisladas y gobiernos “progresistas” burgueses, una política exterior revolucionaria aseguraría de que el Estado obrero en Cuba no se mantendría aislado política y materialmente durante mucho tiempo. Una revolución socialista en América Latina es la única posibilidad real para solucionar los problemas económicos de Cuba: mientras que un gobierno obrero revolucionario podría manejar la economía mucho más eficientemente que la burocracia, no hay manera de salir de la pobreza y el atraso dentro de los confines de una pequeña isla – se ha probado hasta el cansancio que no hay “socialismo en un solo país”, y mucho menos en una isla.

En el análisis de la Cuba de hoy, dos errores básicos son posibles, dentro de los izquierdistas, uno de ellos es considerar a Cuba un país esencialmente socialista con algunas deficiencias de menor importancia en las cuestiones de la democracia [51]. Esto ignora totalmente las tendencias restauracionistas dentro del régimen y la permanente mala gestión burocrática. Todas las campañas de solidaridad con Cuba, mayoritariamente levantadas por los partidos comunistas estalinistas o antiguos grupos guerrilleros, significa nada más y nada menos que el apoyo al gobierno de Castro como también sus proyectos de privatización. El otro error es considerar que Cuba siempre ha sido o se ha convertido recientemente en un país capitalista [52]. Esto ignora el hecho de que no existe una burguesía cubana, es decir, sin clase que posee los medios de producción, y no puede explicar las estadísticas asombrosas sociales mencionadas al principio. Un correcto análisis debe basarse en el examen de la evolución contradictoria de una sociedad atrapada en medio del camino del capitalismo al socialismo, con tendencia a caer de nuevo en el capitalismo [53].

Notas:

50. Margot Pepper: “The Costs of the Embargo”.
51. Además de los partidos estalinistas, que ven a Cuba como un modelo, también hay muchas tendencias trotskistas que tienen una posición acrítica hacia el castrismo, como el Secretariado Unificado de la Cuarta Internacional (SU), la Tendencia Marxista Internacional (CMI) y el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) de Argentina.
52. La Liga Internacional de los Trabajadores (LIT-CI) de Nahuel Moreno afirma que el capitalismo ha sido restaurado en Cuba y una “revolución democrática” contra la “dictadura capitalista” es necesario. La Internacional Socialista Tendencia (IST) de Tony Cliff siempre sostuvo que Cuba era “el capitalismo de Estado”. El Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) de Gerry Healy había un análisis de confusión, planteando que Cuba era una decisión del Estado capitalista por una burguesía débil. (En este momento hay silencio en lo que respecta a cualquier tipo de análisis de la Cuba de hoy.)
53. Queremos transmitir nuestro acuerdo profundo con la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional (FT-CI) y su documento programático publicado hace poco: “Cuba en la encrucijada”. Empezamos con el trabajo en este documento antes de que publicaran su documento.



Leave a Reply